En años recientes, en Colombia, el mantenimiento ha sido una actividad con tendencia creciente al OUTSOURCING, como lo indica ACIEM en su estudio del 2008 sobre el estado del arte del mantenimiento, en el cual, al analizar la inversión anual en esta actividad (para una muestra de 290 empresas), se observaba que solo el 3 % de las compañías estudiadas no contrataban con terceros esta actividad, en tanto que el 97 % utilizaba esta modalidad bajo diferentes tipos de contratos. (ACIEM, 2009).
Es evidente que «la tendencia actualmente es que las compañías tercericen, cada vez más, los servicios a empresas especializadas en el área, que hagan que los procesos de negocio sean más inteligentes, eficientes, flexibles, escalables y seguros, y así garantizan que la organización se mantiene competitiva, productiva y ofreciendo grandes propuestas de valor». Portafolio (2019). En general, la diversidad tecnológica condujo a un nivel de especialización tal que es impracticable cubrir todas las especialidades desde un departamento de mantenimiento (Pistarelli, 2010, María Reyes González Ramírez, Gascó Gascó, & Llopis Taverner, 2015).
- Disminución de costos operativos: no se tiene que asumir una inversión en capital humano ni equipos, porque el contratista ya los tiene.
- Transformación de costos fijos en costos variables: solo se paga lo que se necesite y cuando se necesite. La empresa cliente traslada la mayor parte del riesgo empresarial a su socio, de manera que, si la actividad cae, el cliente tiene un menor coste por un menor consumo o uso.
- Flexibiliza los recursos de mantenimiento: permite variar la capacidad cuando la actividad o carga de trabajo aumenta o disminuye.
- Permite acceder a personal altamente capacitado y a equipos técnicos especializados, por la complejidad de algunos procesos, sin incurrir en altas inversiones.
- Facilita centrar los esfuerzos en el core – business de la empresa, potenciando sus recursos para desarrollar y afianzar la razón de ser del negocio y la creación de valor enfocada en la necesidad del cliente, delegando las demás funciones que no son propias de su negocio.
- Mejora la eficiencia: con el impulso de una compañía experta puedes hacer más, con menos recursos.
- Aumenta la capacidad del área, puesto que se hace posible ejecutar diversas tareas en tiempo récord con solo una fracción de lo que costaría hacerlo in-house.
- Acelera la competitividad: delega la innovación tecnológica y le ayuda a entrar rápido al mercado, permitiendo tener una ventaja estratégica.
- Evita errores costosos: los expertos ya han recorrido un camino largo, que por outsourcing se puede ahorrar.